Hola:
La entrada de hoy está dedicada a una persona estupenda y muy especial que he conocido en mi ingreso hospitalario.
He compartido tiempo y espacio con ella durante diez días y me ha resultado una experiencia tan enriquecedora a nivel personal que por ello se merece una entrada propia en exclusiva en este blog.
Julia es una mujer de 58 años con cáncer de estómago. Por desgracia tiene metástasis, no son operables ya sus tumores y la quimioterapia no está dando resultados. Obviamente su pronóstico seamos realistas no es nada bueno. No obstante, y es aquí donde radica parte de su grandeza como persona es la actitud con la que sobrelleva su enfermedad.
A veces faltan las palabras para describir una situación. Los sentimientos y emociones encontrados que he tenido son una mezcolanza que espero me acompañe siempre. Son agridulces por su combinación: esperanza, rabia, alegría, tristeza, superación, abatimiento...y un largo etcétera que con que os pongáis en situación podréis imaginar.
Con Julia me he reído, he llorado, he compartido y sobre todo he aprendido una importantísima lección vital. No hay que rendirse. Además la lucha debe intentar hacerse con una sonrisa y una actitud positiva a la par que respetuosa con los demás.
Que alguien en su situación de ánimos a los demás, siempre tenga una mirada llena de fuerza positiva y sonría es todo un ejemplo para quienes tenemos la suerte de conocerla. Yo desde mi humilde blog lo comparto con todos vosotros porque considero que esta experiencia es muy importante y debe ser contada.
La vida te pone en el camino gente por una razón. Obviamente no me alegro de haber tenido que ser hospitalizada, pero sí me congratulo y mucho de que ese tiempo haya servido para conocer a esta bella persona y su familia.
Por cierto, su familia es encantadora y da envidia sana ver cómo su marido y sus dos hijos aman a su madre y esta a ellos. Puede sonar cursi, pero os prometo que de verdad he visto cómo fluía el amor entre ese cubo familiar que conformaban los cuatro. Es precioso ver algo así. Un motivo más de orgullo y plenitud para Julia porque está claro que parte del mérito es suyo.
Uno de sus consejos que se ha grabado a fuego en mí ha sido una verdad como un templo y que es de perogrullo pero que sin embargo olvidamos con mucha facilidad.
DISFRUTA DE LA VIDA. HAZ LO QUE TE HAGA FELIZ, Y SÉ TÚ MISMA. QUÉDATE CON LOS ABRAZOS, LOS BESOS Y LOS MOMENTOS COMPARTIDOS CON QUIENES QUIERES PORQUE ESO ES LO ÚNICO QUE TE LLEVAS AL FINAL.
Dicho en las circunstancias que me lo dijo, os aseguro que impacta.
Todos lo sabemos, todos lo olvidamos. No nos damos cuenta de nuestra torpeza hasta que es tarde para rectificar.
Esto por supuesto no significa que mandemos todo a hacer puñetas y no debamos trabajar y preocuparnos de otras cosas. Simplemente hay que saber (y ojo no es fácil) priorizar y relativizar aquello que nos atañe. No somos conscientes de las preocupaciones tontas que nos queman y nos hacen malgastar un tiempo que es valioso.
Sí, otra obviedad. El tiempo será infinito pero nuestro tiempo no lo es. Nunca sabemos hasta cuándo tenemos licencia de actuación en este mundo. Mañana no está garantizado; hoy está en usufructo.
Bueno, esta entrada está siendo muy filosófica, pero necesitaba decirlo.
El tiempo que he disfrutado de la compañía de Julia he constatado que la vida es la que es y eso significa que a veces es injusta y extremadamente dura, pero siguiendo el ejemplo de esta gran luchadora, no hay que rendirse. Hay que saborear lo que se tiene en el aquí y ahora, apartar lo malo y dañino todo lo que se pueda del lado de uno, así como sonreír. Sonreír sinceramente con los labios, la mirada, la actitud.
Para mí la forma en que Julia se aferra a la vida y la afronta es encomiable.
Gracias por esta enorme lección gratuita de vida, Julia.
Va por ti:
Tu has tenido la suerte de encontrarte a Julia en el camino, y yo he tenido la suerte de encontrarte a ti.
ResponderEliminarQuizá no te das cuenta ahora, pero nos estás dando una lección de vida muy grande.
Un besote enorme 😘😘😘😘😘
GRACIAS.
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