Hola:
En esta ocasión voy a comentaros técnicas de relajación que me han venido bien estos meses y sirven para cualquiera en todo tipo de situaciones. No hace falta estar enfermo para necesitar un poco de relax, así que como algunas personas me han comentado que sería interesante divulgarlas, pues lo hago; que no me cuesta ningún trabajo y siempre estoy encantada de poder ayudar.
Puede que os estéis preguntando cómo me encuentro. Sigo poco a poco recuperándome, tanto de la operación como de la toxicidad de la quimioterapia. La herida del pecho hoy parece que ha dejado de sangrar, así que también eso hace que esté más alegre. Sangraba un poquito, así que con mucho mimo y cuidado la hemos lavado y desinfectado todos estos días.
Tras la cirugía hay que lavar con agua y jabón las cicatrices para posteriormente secarlas bien. Eso es muy importante y se debe hacer diariamente con tacto. Al principio impone mucho tocarse justo donde más te duele y donde el aspecto es el que es, pero hay que hacerlo por nuestro propio bien. En mi caso como me sangraba un poco, a esos pasos le añadía el ponerme betadine para desinfectar bien la herida. Luego gasa estéril y sujetador deportivo para que el pecho esté comprimido y sujeto.
Como os decía al principio de esta entrada quería compartir las enseñanzas que me han dado en el hospital en un taller de relajación que dos enfermeras encantadoras han promovido y que imparten en su tiempo libre. También comparto de un libro que tengo llamado Yoga para dummies un par de técnicas que utilicé y me fueron bien.
La mayor parte de las técnicas de relajación se basan en algo muy sencillo pero que a veces nos resulta complicado: respirar hondo y despacio. Es pura fisiología, no hay misterio ni nada holístico en ello, así que no tiene que tener un toque zen ni nada por el estilo si así no lo deseamos.
De todas formas la filosofía zen cada vez es más mi estilo, al menos lo que yo entiendo por filosofía zen: Tomarse las cosas con relativa calma, pensar en positivo, prisas las justas o ninguna, priorizar lo realmente importante, y disfrutar de la vida.
Sencillez, vivir el presente con una sonrisa, y entender que el ser es más importante que el tener. Saber hacia dónde me dirijo pero sin la necesidad de una meta fija (¡ale pedazo frase!)...en fin, creo que más o menos entendéis lo que pretendo decir.
¿A que es bonito el símbolo del ohm? |
De todas formas, insisto en que el relajarse no tiene que estar vinculado al yoga o a lo zen.
Antes de poneros las fotos que he realizado a las técnicas del taller y de yoga (es mucho mejor así que veis fotos y está bien explicado todo), os cuento una técnica de relajación que me enseñaron cuando era adolescente (ya ha llovido jejeje) y que también os puede ir bien en algún momento. Espero poder explicarla con suficiente detalle y bien.
La técnica de relax consiste en estando tumbados (se supone que es para relajarse y combatir el insomnio) respirar profundo y de manera tranquila a la par que pensamos en la punta de nuestros pies. La idea es concentrarnos en esa parte del cuerpo para relajarlo y pensar que pesa. Cada vez pesa más, y más. A continuación pensamos en las piernas y realizamos lo mismo. Relajamos los músculos y notamos como cada vez se sienten más pesadas. Así vamos subiendo poco a poco por nuestro cuerpo haciendo lo mismo. Abdomen, manos, brazos, torso, hombros, cuello y cabeza.
Como vamos a estar inhalando y exhalando por la nariz despacio iremos destensándonos casi sin esfuerzo y nuestros músculos se irán relajando en cuanto les demos una oportunidad. Focalizar el pensamiento en cada parte ayuda a que se relaje esa zona.
Al final, en unos minutos habremos conseguido relajar todo el cuerpo, estar más tranquilos y podremos dormir mucho mejor (incluso hasta nos quedaremos fritos...puede que del aburrimiento jajaja). Merece la pena probarlo. No es difícil y puede sernos útil.
Las otras dos técnicas os las pongo en foto a continuación. De verdad espero que esto pueda ayudar de igual manera que a mí me ayudó y me sigue sirviendo de ayuda.
Y aquí están las técnicas del libro de yoga:
¡Hasta la siguiente!
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