Hola:
Hoy escribo para hacer una reflexión y para contaros mi prueba de hoy.
La reflexión ahí va: hace un año me ingresaron en urgencias porque, como se vio después, mis pulmones dijeron basta a la quimioterapia. Mañana hará un año que conocí a Julia, y prefiero escribir sobre esta fecha y no sobre el 20 de abril (ya que quiero quedarme con lo bueno y sabéis de sobra que me acordaré de su fallecimiento). Han transcurrido 365 días que parecen en ocasiones que han sido muchos menos.
Por todo ello, hoy mi visita al hospital me ha traído múltiples recuerdos y he pensado sobre cómo pasa el tiempo. Además no es solo su avance lo que me alucina sino la percepción que nos deja. Todavía tengo recientes muchas sensaciones pese a que han pasado meses por mis carnes, y sin embargo en otras ocasiones parece que han pasado siglos.
Bueno, pues tras mi disertación filosófica sobre el paso del tiempo y nuestras sensaciones al respecto os voy a contar la gammagrafía que me han hecho hoy.
Al igual que la vez anterior, han pinchado a las 8.30 el contraste lo primero y he tenido que esperar casi dos horas para que hiciera efecto. En ese rato he esperado pacientemente hasta que me han sacado la sangre para la analítica de marcadores tumorales...y digo pacientemente porque he esperado casi hora y media larga. No he podido desayunar hasta después de la gammagrafía, casi a las 11 de la mañana. Estaba famélica. En medicina nuclear (que es donde te realizan la prueba) me han comentado a posteriori que si me vuelve a coincidir la prueba con una analítica, les pida las etiquetas y los tubos a las enfermeras que te sacan la sangre para que a la vez que me ponen el contraste ellos mismos pueden sacarme sangre y así desayuno antes...¡para haberlo sabido!.
La gammagrafía es indolora. Te tumbas vestida y calzada mientras la máquina va pasando una parte por encima de tu cuerpo durante unos 10 minutos. Solo es necesario no moverse. Te ayudan a tumbarte y levantarte puesto que la zona donde te tumbas es estrecha (y porque al levantarte es posible que te marees como ha sido mi caso).
Una vez realizadas las pruebas e ingerido alimento he vuelto al trabajo.
El contraste me ha revuelto como suele ser habitual. He sentido frío, calor y ligeras náuseas, todo ello aderezado con un leve malestar de cabeza. He bebido mucha agua porque te lo recomiendan. Eso ayuda a eliminar antes el contraste por la orina y que permanezca el menor tiempo posible en el cuerpo una vez metabolizado. El trato del personal sanitario como siempre, impecable.
Ahora toca esperar a los resultados. Confío que serán buenos. La semana que viene os contaré. Ahora os dejo que se hace tarde y tengo que cenar.
¡Hasta la siguiente!
Hoy escribo para hacer una reflexión y para contaros mi prueba de hoy.
La reflexión ahí va: hace un año me ingresaron en urgencias porque, como se vio después, mis pulmones dijeron basta a la quimioterapia. Mañana hará un año que conocí a Julia, y prefiero escribir sobre esta fecha y no sobre el 20 de abril (ya que quiero quedarme con lo bueno y sabéis de sobra que me acordaré de su fallecimiento). Han transcurrido 365 días que parecen en ocasiones que han sido muchos menos.
Por todo ello, hoy mi visita al hospital me ha traído múltiples recuerdos y he pensado sobre cómo pasa el tiempo. Además no es solo su avance lo que me alucina sino la percepción que nos deja. Todavía tengo recientes muchas sensaciones pese a que han pasado meses por mis carnes, y sin embargo en otras ocasiones parece que han pasado siglos.
Bueno, pues tras mi disertación filosófica sobre el paso del tiempo y nuestras sensaciones al respecto os voy a contar la gammagrafía que me han hecho hoy.
Al igual que la vez anterior, han pinchado a las 8.30 el contraste lo primero y he tenido que esperar casi dos horas para que hiciera efecto. En ese rato he esperado pacientemente hasta que me han sacado la sangre para la analítica de marcadores tumorales...y digo pacientemente porque he esperado casi hora y media larga. No he podido desayunar hasta después de la gammagrafía, casi a las 11 de la mañana. Estaba famélica. En medicina nuclear (que es donde te realizan la prueba) me han comentado a posteriori que si me vuelve a coincidir la prueba con una analítica, les pida las etiquetas y los tubos a las enfermeras que te sacan la sangre para que a la vez que me ponen el contraste ellos mismos pueden sacarme sangre y así desayuno antes...¡para haberlo sabido!.
La gammagrafía es indolora. Te tumbas vestida y calzada mientras la máquina va pasando una parte por encima de tu cuerpo durante unos 10 minutos. Solo es necesario no moverse. Te ayudan a tumbarte y levantarte puesto que la zona donde te tumbas es estrecha (y porque al levantarte es posible que te marees como ha sido mi caso).
Una vez realizadas las pruebas e ingerido alimento he vuelto al trabajo.
El contraste me ha revuelto como suele ser habitual. He sentido frío, calor y ligeras náuseas, todo ello aderezado con un leve malestar de cabeza. He bebido mucha agua porque te lo recomiendan. Eso ayuda a eliminar antes el contraste por la orina y que permanezca el menor tiempo posible en el cuerpo una vez metabolizado. El trato del personal sanitario como siempre, impecable.
Ahora toca esperar a los resultados. Confío que serán buenos. La semana que viene os contaré. Ahora os dejo que se hace tarde y tengo que cenar.
¡Hasta la siguiente!
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