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Parabenos, azúcar y aceite de palma

Hola:

Una vez más os doy la murga con una nueva entrada en el blog y esta vez es larga porque llevo un par de días escribiéndola  :-P

Aquí estoy, con un palito de pan entre los dedos como si fuera un cigarrillo, y una taza de té al lado del teclado cual escritor profesional de novela policiaca...pero en versión light y sana :-D

Los síntomas siguen más o menos igual, no obstante se nota que esta es la semana de remontada y poco a poco físicamente me voy encontrando algo mejor. Mentalmente he tenido un par de días duros, pero ya están superados. En resumidas cuentas estoy cansada (por no decir agotada), con dolor de espalda, revoltijo intestinal, rara sensibilidad en las manos, mucha fatiga, aftas en la boca (pocas pero alguna hay) y algún mareo.

Sin embargo, en esta ocasión para variar un poco la temática (que os vais a aburrir de leer siempre las mismas penurias jejeje) voy a escribir sobre cosas que he ido aprendiendo en estas semanas de tratamiento sobre ciertos productos que en mi humilde opinión deberíamos limitar o cuando menos eliminar de nuestra cesta de la compra. Os diré mis motivaciones que pueden ser erróneas, sin embargo como este es mi blog, mis experiencias y mis opiniones, pues las comparto para que se tenga la información y luego cada cual que elija a su libre albedrío qué hacer.

Por dónde empezar...

Quiero aclarar que casi todo lo que os voy a decir seguramente no os suene nuevo. Para mí tampoco lo era, pero digamos que una situación como la que estoy viviendo hace que te plantees las cosas desde otro prisma muy distinto y prefieras pecar de exceso y no de defecto. Además soy plenamente consciente de que por mucho que se quieran evitar las enfermedades hay veces que es algo inevitable. De hecho antes de que me diagnosticaran el cáncer considero que sin ser una radical de lo sano, tenía una vida bastante equilibrada. Comía un poco de todo, no he fumado nunca, hacía deporte regularmente (ojo, no para ser una ironwoman), vamos que jamás se me hubiera ocurrido que podría padecer esta enfermedad. Supongo que uno no se lo cree ni hasta cuando se lo diagnostican.

Es imposible tener una vida completamente saludable al 100%. Por muy sano que queramos comer, respirar y beber, siempre habrá algo que se nos escape o que no se pueda evitar. Siempre tendremos vida social fuera de casa, respiraremos el aire de donde vivimos etc. Mi intención no es controlarlo todo ni mucho menos porque soy consciente de las limitaciones a ese respecto. Tampoco quiero ser una talibana de este tema, para nada, sino hacer lo que esté en mi mano a la hora de elegir los productos que integran mi cesta de la compra casera. Puede que no sirva de nada, pero al menos yo me quedo más tranquila.

Intentaré en medida de lo posible no mencionar marcas comerciales, pero si alguien tiene interés en saber algo más en concreto o tiene alguna duda puede preguntarme que si puedo le contestaré :-)

PARABENOS:

Bien, imagino que los archisabidos parabenos de los productos cosméticos ya todo el mundo sabe lo que son. De manera sucinta os digo que son unos conservantes químicos presentes en múltiples productos de cosmética variopintos y de marcas variadas (caras y baratas), que se usan para evitar el crecimiento bacteriano en los productos.

No son todos iguales, hay varios tipos, pero si se pueden evitar mejor que mejor. Los considerados "seguros" son el Methylparaben y el Ethylparaben. El resto de la familia de parabenos directamente evitarlos si podéis.
Se supone que en dosis bajas no hay problema. Como siempre todo es cuestión de la dosis... pero estamos hablando de productos que usamos de manera continuada y a largo plazo.

Hay estudios recientes que han hallado parabenos en el sangrado menstrual así que sí se asimilan a través de la piel, y en concentraciones suficientes para poderse encontrarse. Y diréis, ¿si se eliminan qué más da? pues no da lo mismo porque estas sustancias tienen un comportamiento similar a los estrógenos e interfieren en la regulación y síntesis de las hormonas sexuales. Todo lo que interfiera en el equilibrio hormonal del cuerpo es siempre algo muy serio.

Aprovecho para deciros que he comprado de una marca extremeña conocida un jabón de manos en pastilla que está hecho con aceite de oliva. Lo usé hace tiempo y me iba muy bien. En la tienda le pregunté a la dependienta cuál era el que más hidrataba y me recomendó otro que aparte de oliva lleva miel y karité. Este es el que estoy usando ahora (el de oliva normal ya lo conocía y lo tengo en la recámara) y tengo las manos muy suaves e hidratadas, y el olor es agradable. Nada que ver con los jabones en gel de grandes superficies por mucho que se anuncien como hidratantes. Obviamente es más caro pero hoy por hoy me quito de un café para poder tener la piel mejor. Solo para vuestra información.

AZÚCAR:

Bien, otro conocido de nuestra alimentación y sobre el que se ha estudiado y escrito mucho. El azúcar per se  es adictivo pero conserva, da sabor dulce y es barato, así que para la industria es un ingrediente estrella por esa combinación de características.

Los hidratos de carbono son necesarios para nuestro organismo eso es indiscutible, pero no son todos ellos azúcar y como siempre volvemos a lo mismo: las dosis.

No sé si conocéis el hecho de que muchos alimentos (cereales desayuno) y bebidas (refrescos) varían sus niveles de azúcar en función del país donde se vendan. Yo misma puedo dar fe de ello ya que un determinado refresco oscuro y muy famoso (esto me recuerda a la adivinanza de un animal va-caminando jajaja) es mucho más empalagoso en España que en otro país donde lo he probado, y los cereales da la casualidad que me pasó lo mismo.

Esto es como en los restaurantes temáticos de países que se instalan en España, por norma general adaptan sus recetas al paladar español para poder entrar con mejor pie y mantener el negocio. Hasta cierto punto es lógico pero el problema que le veo yo a esto es que en España nos han ido acostumbrando el paladar cada vez más al azúcar (antes los dulces que se vendían tenían menos azúcar, menos leche y más chocolate por ejemplo...obviamente han reducido lo caro, qué raro...)

Cuando una persona es consciente de todo el azúcar que se mete para el cuerpo diariamente no puede por menos que llevarse una sorpresa. No creo que hasta ese momento nadie haya reparado en todos los productos que llevan azúcares insospechados, ni la gran cantidad de los mismos que hay en dichos artículos...ni en los productos que de antemano sabes que llevan azúcar pero no te imaginas cuánto.

Para muestra un botón que a mi de verdad me dejó perpleja. Dos preparados para chocolatear la leche típicos de España y que hemos tomado todos en algún momento de nuestra infancia (y no tan infancia), sí sí, esos dos que pugnan entre poderse disolver en leche fría y el placer de los grumos...sé que sabéis a cuales me refiero. Bien, pues obviamente todos suponemos que llevan azúcar, tan ingenuos no somos. Mi perplejidad fue cuando el otro día me dio por mirar la composición tras ver que el primer ingrediente de la lista (están siempre enumerados por su cantidad en el producto) era el azúcar. Resulta que en el de los grumos el azúcar es el 70%, y en el que se disuelve en frío es casi el 76%...en resumidas cuentas, que prácticamente comes azúcar. Insisto, la dosis es el problema desde mi punto de vista.

Y por mencionar algunos de los obvios y los insospechados, pues veamos: zumos, batidos, refrescos, smoothies, embutidos y fiambres, ketchup y salsas, cereales de desayuno, yogures 0% grasa (hay que compensar la falta de grasa con azúcar para agradar al paladar), el pan de molde, pizzas, snacks (ojo los salados también), bollería industrial, tomate frito, aderezos light...la lista puede ser muy larga.

A eso le sumas el azúcar que conscientemente ingerimos en los cafés, tés o cualquier otra bebida/comida a la que se lo añadamos.

Bien, mi recomendación pues es ir un día con tiempo a la compra y leer la letra pequeña de los ingredientes en todas las cosas que compremos habitualmente. Una vez hecho ya sabremos qué productos nos interesan y cuales no, con lo que en próximas ocasiones la cesta de la compra la llenaremos directamente con productos que nos interesen (y solo habremos invertido tiempo en la primera vez). Tampoco hay que ser integrista, simplemente comprar sabiendo realmente de manera consciente lo que compramos. No creo que haya nadie completa y absolutamente santo y que no peque con la cesta de la compra alguna vez, pero por lo menos que no nos engañen como a tontos.

ACEITE DE PALMA (ácido palmítico, grasas vegetales, sodium palmitate, aceite de palmiste, o mi favorito Elaeis guineensis...para recordarlo si veo algo como "guinness" ya sé que es esto jajaa)

Bien, esto está ahora muy de moda porque ha habido recientes estudios sobre este aceite y controversia con marcas que lo utilizan etc, así como porque se está plantando a destajo con consecuencias medioambientales muy serias (pero bueno esto entraría dentro de otro tipo de debate). De hecho hoy me ha llegado por whatsapp una petición al ministerio de Sanidad en change.org para que lo retiren del mercado.

Solo os digo que la doctora de cabecera me dijo literalmente que lo desterrara de mi dieta.

¿Pero qué es el aceite de palma? Es un tipo de grasa que tiene un alto contenido en grasas saturadas (un 50%) y su consumo prolongado incrementa los niveles de colesterol LDL (el malo) y disminuye el HDL (el bueno), así que consumido en exceso es un potencial riesgo de problemas cardiovasculares. Además, hace muy poco un estudio de una universidad española ha descubierto que aumenta en un 50% la metástasis de tumores. La metástasis necesita grasa saturada para llevarse a cabo pero este tipo de aceite es el que (permitirme el chiste fácil) se lleva la palma en porcentaje de incremento metastásico.

Por si fuera poco, hay un informe de la EFSA (autoridad europea de salud alimentaria) que alertaba sobre una posible vinculación de este tipo de grasa con el riesgo de cáncer. Obviamente se tiene que investigar más, pero para mí de momento son datos lo suficientemente importantes para evitarlo en la medida de lo posible. Ni que decir tiene que las empresas lo utilizan por su precio irrisorio en comparación con otro tipo de aceites mucho más saludables y biosostenibles, ya sabéis, poderoso caballero es don dinero...

Este aceite se utiliza en multitud de alimentos (galletas, cereales, bollería, snacks, congelados, chocolates, gominolas, productos precocinados, y un largo etcétera la lista sería interminable), y también se emplea en la industria cosmética y de limpieza.

Si buscáis un poco por Internet veréis que hay varias webs dedicadas al tema de este aceite de palma y los productos donde se encuentra. Ya os adelanto que por propia experiencia al principio es difícil encontrar productos que no lo integren en su composición, ojo, difícil pero no imposible. Solo hay que dedicar la primera vez unos minutos extra a la labor de comprar para echar un vistazo a la letra pequeña de los envases y verificar qué nos vamos a llevar a la boca.

Un ejemplo un poco tonto pero real. El otro día en una gran superficie quería comprar un pan de leche ya que es blandito (por las aftas de la boca) y es combinable con dulce y salado (para aperitivos de media mañana o tarde jejeje). Bien, pues de ocho marcas que miré (incluida la que compraba habitualmente) tan solo una no tenía aceite de palma. Evidentemente esa fue la que compré y ahora ya voy a tiro hecho. Si quiero comprar pan de leche ya sé qué marca es la que elijo.

Si todos pusiéramos un poquito de esfuerzo conseguiríamos que la industria alimentaria nos proporcionase productos más sanos. Como toda empresa va al negocio y sacar beneficio, es entendible, pero obviamente la oferta y demanda es algo que está ahí. Si se empiezan a vender productos sin palma estamos mandando el mensaje de que lo dejen de utilizar y además beneficiando a las empresas que arriesgan por otro tipo de aceites más saludables.

Ah, y mucho ojo con los anuncios y los trucos del marketing. He tirado productos que había comprado fijándome en lo típico "Con aceite de oliva", "Sano con aceite de girasol"... y sí no te engañan porque ese aceite llevan, pero en concentraciones irrisorias (3%, 10%), y el resto es...¿adivináis?, ¡exacto palma!. Legalmente no te engañan, pero cuidadín con este tipo de argucias que se gastan las empresas para vender. Es como si al cerdo le enseñan antes de la matanza una bellota, se la dan de premio y luego lo venden como cerdo ibérico de bellota... Estos productos han olido por el forro el aceite de oliva/girasol. A mi me parece una verdadera vergüenza ética pese a que sea legal.

Yo de momento me lanzo a comprar lo que lleve aceite de oliva o girasol (alto oleico si es posible). La canola/nabina/colza sería mi tercera opción. La colza en España después del síndrome tóxico del 81 tiene muy mala fama (yo misma al leer colza siento cierto escalofrío), pero hay que ser racional. Lo que ocurrió no es que la colza sea mala, sino que mezclaron ese aceite con aceite industrial y claro eso sí que es veneno.

En Europa del norte siguen utilizando la colza como tal cosa y ningún problema sanitario hasta la fecha como el que tuvimos aquí hace tres décadas.

Tampoco quiero aburriros, ya estaréis hartos de tanta información.

Indicar antes de despedirme que llevo varias semanas comprando de todo un poco y es más que posible llenar la cesta de la compra sin aceite de palma, sin parabenos, y reduciendo el azúcar. Todo es cuestión de tener un poco de voluntad y de verdad que no se tarda nada en girar el paquete y leer los ingredientes.

Gracias por aguantar esta entrada que tal vez ha sido demasiado densa en contenido.

¡Hasta la siguiente!

Comentarios

  1. Que interesante Ester!!!! Mira, comparto este artículo q leí el otro día en El País, que viene muy a cuento con todo lo q nos explicas.
    http://elpaissemanal.elpais.com/documentos/nutricion-dieta-mediterranea/
    Espero q poniendo aquí el enlace se pueda leer.
    Todas estas investigaciones, aparte de super interesantes te mantienen ocupada y entretenida, que es estupendo para ti. Sigue así, q ya va quedando menos. Mucha fuerza y muchos besos!!!!😘😘😘😘😘

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  2. Muy interesante y muy currado. Gracias por compartirlo. Yo también suelo leer las etiquetas de los productos y se pueden evitar. Un abrazote de energía. Besos

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