Hola:
Aquí estoy para hablaros de dos cosas en esta entrada al blog de hoy.
Una es mi receta de un batido que es muy sano y está bastante rico. La otra es contaros cómo me sentí anoche y el porqué.
Respecto al batido, es muy fácil y tiene calcio, vitaminas, componentes antioxidantes y anticancerígenos.
Para una persona (vaso grande) las cantidades son las siguientes:
- 1 Plátano
- 1 Trozo de papaya
- 5 Fresas
- 1 Puñado de arándanos azules (unos 10 aprox.)
- 1 Vaso de leche desnatada
- 1 Pizca de sésamo
- 1 Pizca de cúrcuma
- 1 Pizca de pimienta negra (opcional)
Estas cantidades son las que a mí me han parecido bien, aunque obviamente pueden alterarse según el gusto de cada cual.
El resultado es un batido como este:
Espero que lo probéis, y si lo hacéis me digáis qué os ha parecido 😉
Respecto al segundo asunto de este post, os explico:
Ayer noche me sentí muy mal. Estuve llorando un buen rato en la cama, de hecho casi me levanto para escribir en el blog. Finalmente conseguí serenarme y dormir.
Quiero contarlo en el blog porque a veces parece que esto de atravesar el valle del cáncer es una excursión que estoy realizando con alegría y mucha fortaleza, pero eso no es siempre así 😞.
La palabra CÁNCER ya no significa lo mismo para mí. Es una enfermedad que se puede superar en muchos casos pero que deja un poso que tan solo conocen quienes la sufren o la han sufrido. Deja marcas, y no me refiero únicamente a las cicatrices físicas.
Por cierto, ayer me di cuenta de que mi cicatriz es más grande de lo que creía en un principio, en concreto el doble de tamaño. Tiene forma de punta de flecha, como una "A" pero sin el palo atravesando. Tal vez cuando tenga un aspecto mejor y más cercano a lo que será su forma definitiva le hago una foto y la cuelgo, ya veremos 🤔.
Bueno, como iba diciendo, esta dolencia y los tratamientos a los que hay que someterse para curarla dejan huellas físicas y psicológicas importantes. Anoche pensé en cómo ha cambiado ya, y cómo va a cambiar mi vida en un futuro debido a esta enfermedad...y simplemente me derrumbé.
Todo el mundo me dice lo fuerte que estoy siendo, lo bien que lo voy llevando, cómo soy capaz de ver el lado positivo y sacar una sonrisa todos los días, etcétera. Bien, eso será verdad yo no lo niego, pero hay momentos como el que os estoy relatando que ni fuerza, ni sonrisa, ni leches en vinagre.
Quiero ser lo más honesta posible al escribir este blog y por eso deseo compartir sentimientos como los de ayer. Supongo que es importante que se sepa que esto no es un camino de rosas por mucho que tú vayas abonándolo o arrojando los pétalos delante de ti. La realidad es la que es. Si bien es cierto que lo estoy sobrellevando de la mejor manera posible, poniendo todo mi empeño en curarme y sacar el lado positivo de lo que me va ocurriendo.
A lo mejor os estáis preguntando qué me hizo llorar exactamente. Creo que fue una conjunción de pensamientos sobre las secuelas que tengo y muy probablemente mantendré en un futuro, aderezados con los posibles efectos secundarios del Tamoxifeno (que es el medicamento que me van a pautar durante 5 años cuando todo esto termine).
Hoy por hoy tengo bochornos (lo comúnmente llamado sofocos) que para quien no lo sepa es una sensación repentina e intensa de calor acompañada de sudor, ansiedad y debilidad. Se deben a causa del descenso de estrógeno que provoca que los sistemas de control de la temperatura corporal se confundan... A Dinio le confundía la noche, a mí me confunde esto...cada cual a lo suyo 🤣.
También tengo dolores óseos, dificultad para dormir, piel reseca, fatiga, debilidad en vejiga, insensibilidad en pie y manos, calambres en las piernas e incluso creo que he perdido algo de vista. No puedo coger peso, ni moverme para hacer ejercicio (salvo pasear despacio). Me veo bastante inflada y para colmo no soy capaz de frenar mis impulsos voraces.
Todo ello me da mucha rabia. No es que fuera una persona súper-mega-sana-y-activa pero ahora me veo muy limitada y a veces es frustrante. Soy consciente de que varios de esos síntomas pasarán pero también sé que otros no.
De la irritación de esos pensamientos pasé al temor a sufrir de nuevo cáncer. El tamoxifeno es un modulador selectivo de los receptores de estrógenos que se utiliza como terapia hormonal para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer de pecho cuando este tiene receptores hormonales como es mi caso.
El problema es que tiene efectos secundarios como los siguientes:
- Hemorragias anormales
- dolor o presión en la pelvis
- inflamación o sensibilidad en las piernas
- dolor de pecho
- disnea
- debilidad, hormigueo o adormecimiento en el rostro, los brazos o las piernas
- dificultad para hablar o comprender
- trastornos de la vista
- mareos
- dolor de cabeza intenso y repentino
Más comúnmente:
- aumento del dolor relacionado con el tumor o el dolor óseo
- bochornos
- náuseas
- fatiga
- cambios en el estado de ánimo
- depresión
- dolores de cabeza
- debilitamiento capilar
- estreñimiento
- sequedad de piel
- pérdida del deseo sexual
Y para rematar la jugada, también aumenta la posibilidad de tener trombos, y desarrollar cáncer de útero (sarcoma uterino y cáncer de endometrio)...esto lo que más me aterra.
En definitiva, cuando pensé en lo que ya es una realidad para mí me entristecí un poco, pero ya cuando pensé en lo que puede avecinarse directamente me asusté y me dio el bajonazo total.
Sé que el futuro no se debe anticipar, sé que una probabilidad no es una certeza, y sé que los beneficios de la terapia superan los posibles inconvenientes. Sí, lo sé, mas saberlo en ocasiones no basta para frenar la angustia, y es en esas ocasiones de debilidad humana cuando lloro. Las wonder's también tenemos derecho a flojear de vez en cuando 😜.
Solo me apetecía escribir lo sucedido ayer para ilustrar sobre los altibajos físicos y emocionales que se padecen durante este proceso.
Procuraré no darle más vueltas al futuro, realmente no ayuda en demasía porque no está en mi mano hacer algo para remediar lo que no puedo cambiar.
Hoy he amanecido con molestias soportables en el pecho y mejor ánimo que con el que me acosté...¡vamos mejorando que ya es mucho! Además, el desahogarme escribiendo en el blog siempre es una ayuda. Ya vuelvo a remontar el humor 👍
Gracias por estar ahí.
Y voy a dejaros que el batido me espera 😋
¡Hasta la siguiente!
Pues el batido estará rico, pero la pinta...!
ResponderEliminarTe dejamos que de vez en cuando, pero solo de vez en cuando, llores un poquito.....
El futuro es futuro. Se acabó. No podemos estar anticipando acontecimientos que, seguro, ni van a pasar. (Mindfulness. Recomendable practicarlo en el día a día)
Hay que cuidar el cuerpo, que solo tenemos uno, pero ya está, sin agobios, y no debemos olvidarnos del espíritu, (véase como estado emocional) Ya se irá afrontado la vida y sus sucesos conforme vayan viniendo.
Que te aproveche el batido y, como diría Sabina, mirar lo que miras.
Un súperabrazo.
Creo que todas las titanas que, como tú, están librando esta dura batalla se merecen todas las treguas del mundo si en un momento dado todo se les viene abajo. Pero me quedo con que tras ese rato, le volviste la cara al miedo y retomaste las cosas tal y como son ahora, en su fase de recuperación. Los «futuribles» esos que nos inventamos, a veces nos juegan muy malas pasadas y no siempre llevan la razón. Así que ¡arriba ese ánimo!
ResponderEliminarPor otra parte, el batido está muy bien, pero donde esté una buena cerveza con todos sus polifenoles... ahí lo dejo, para cuando ambas nos lo podamos permitir.
¡Un gran beso!
Muchas gracias por vuestros ánimos. Tenéis toda la razón del mundo.
ResponderEliminarLos polifenoles de la cerveza también son estupendos para la salud y me apunto a tomarme una (o dos) en cuanto pueda jejeje. Un abrazo para ambas.