Hola:
Aquí seguimos, al pie del cañón. Da igual la hinchazón, el cansancio, la insensibilidad en pie y manos, la fatiga y la tos. Pasito a paso vamos en la dirección correcta y eso es lo importante.
En este post os cuento que me vio ayer el neumólogo y ha decidido que me van a realizar pruebas (escáner, espirometría, etc) para ver la evolución de las infiltraciones pulmonares.
También el jueves fui a la peluquería...como es lógico a cortarme las puntas :-P
Me han dejado rapadita al 1 tal que así:
Necesitaba un pequeño empujón de ánimo y el ponerse guapa siempre ayuda, ¿verdad?. Estaba comenzando a aparecer una tenue pelusilla en algunas zonas y el pelo que no se me cayó había crecido un poco. Tenía un aspecto un tanto extraño y decidí igualarlo todo. Además ya me han recomendado que hasta que no me crezca el pelo fuerte y normal me lo vaya rapando todo para ir igualando las zonas y saneando el pelo (porque tras la quimioterapia no crece sano ni normal). En resumen, sigo pareciendo un minion pero no un bosque de bambú al trasluz.
Y para terminar esta entrada, comunicaros que me han citado ya para la intervención quirúrgica. El próximo jueves día 27 de abril me operan el tumor del pecho.
El tener fecha ya es un alivio. Me quedan escasos días para compartir mis carnes con ese alien invasor que ha ocupado parte de mi cuerpo y por el que tan mal lo estoy pasando últimamente. Le quedan horas para seguir de barra libre en mi seno.
No voy a negar que la operación me pone nerviosa. La anestesia siempre da un ligero resquemor y la incertidumbre es inevitable. No obstante si algo he aprendido en estas semanas es que hay que ser valiente y afrontar los avatares de la vida tal cual nos van llegando. Así pues, ansío librarme del cáncer que crece en mí pese a que para ello me tengan que dejar inconsciente y abrirme. Cierto que algo puede salir mal, pero no menos cierto es que la probabilidad de que eso ocurra es mínima. Al toro hay que cogerlo por los cuernos, ¿no? Pues con un par de ovarios, a por todas.
Cuando despierte, una fase más de este suplicio habrá pasado y quedará menos para estar curada. Eso es lo importante y lo único que debo pensar. Ya sabíamos que esto era impepinable así que cuanto antes me lo quite de encima, mejor.
Y...si mi autoconvencimiento falla en horas bajas u horas previas al quirófano, siempre puedo echar mano del taller de relajación que nos impartieron en el hospital...pero eso es otra historia digna por sí misma de un post para ella sola.
¡Hasta la siguiente!
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